Ha pasado un mes desde que finalizó febrero, y desde entonces, la vida ha cambiado, o por lo menos eso parece.
He vuelto al viejo hábito de escribir para liberar los sentimientos. Casi había olvidado la función de las palabras brotando solas desde el fondo de mi Alma.
Escribir siempre ha significado paz para mi, mucho más que mi nombre real. Ahora escribo desde la cama, en la calle, en transportes públicos... Allí donde mi corazón se carga de sentimientos y necesita sangrar para poder bombear tantos litros de vino carmesí.
Últimamente las noches están siendo extrañas, se liberan solos los sentimientos que deberían estar encerrados bajo llave.
Las dudas invaden mi cuerpo, y los deseos escapan en forma de sueños mágicos.
Busco luces y fuego en cada uno de los rincones de mi ser, para así recordar efímeros segundos que la resaca pretendió borrar.
Me he convertido en eso, una soñadora, una recordadora del tiempo, una vividora del recuerdo..
Y me gusta serlo, hace de mi locura un punto un poco más fuerte, del que me siento orgullosa.
Qué haría yo sin ti, locura mía.
"I'd burnt down in flames when our lips were in red.."
Sam.
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