Muérdeme la risa.-




Déjame proponerte un juego que sólo entendamos nosotros. ¿Qué tal si empezamos por unos besos prohibidos a escondidas?


Ahora déjame ser parte de ti, parte de tus risas, prometo no dolerte. Tan sólo déjame necesitarte cada segundo de mi vida para no perder una risa que sólo nosotros podamos darnos.

Y, ahora, vamos juntos. Tú y yo. Nadie más. Vámonos a esos sueños que tan sólo los niños son capaces de imaginar, perdidos en las frías plazas de una ciudad tan al norte que los besos se congelen en el ambiente.

Quiéreme.

Tanto como yo lo hago, o más. Quiéreme besar tan alto que del eco de nuestros besos se creen nubes de algodón de azúcar.



Quiero morderte la sonrisa, para robarla y que sea para siempre mía. Muérdeme el gesto, y roba el aliento de mi Alma remendada con alas de caricias y risas.




S.