Las manos de él se perdieron entre la melena
castaña de ella. Sus ojos se fundían en
chocolate mientras sus pieles deseaban
ser sólo una.
Hacía tanto que se deseaban que querían
que aquello no acabase nunca.


Eran dos cuerpos que se desconocían aunque
se habían soñado toda la vida.
La atracción era deseo, y cada beso una
nueva rosa en el rosal de sus
corazones.

Él era de ella,
                              ella era de él.




S.
Por primera vez en mucho tiempo no he escrito una review del 2012, quizás ese sea el punto más importante de mi fin de año. Tampoco tengo una lista de propósitos, ni tan sólo pedí deseos junto a mis 12 uvas, aún así, casi sin querer, uva a una hubo un pequeño deseo en mi cabeza. Deseo en forma de recuerdo, de recuerdo y de ganas de volver a algunas horas antes.

Dos mil doce fue un año que ya empezó maldito. Año bisiesto. ¡Los odio tanto! Tanto que ya mucho antes de entrar en el año había una página de mi agenda arrancada, página que más adelante me arrepentí de haber arrancado. Al final ese día había algo especial que apuntar.

Ha sido un año de grandes cambios, un año de muchísimas alegrías y algún que otro llanto. Pero debo quedarme con las alegrías, que han sido muchas.
Empezando por la reaparición de aquella hermana que por culpa de una idiota casi pierdo, siguiendo con las amistades fuertes que se han creado y acabando con los paseos nocturnos a la luz de una luna muerta junto a una loba.

He conocido en persona a los componentes de uno de mis grupos favoritos, además de disfrutar de un gran concierto suyo... ¡Qué momento!
Y de allí surgieron buenos lazos.

He superado un curso, pasándolo por primera vez con unas grandes notas... Que puede que no sean las mejores, pero quiero tomármelo como todo un logro.

También volaron mis 18, y entré a los 19 (con su respectiva crisis).. ¡Qué nervios de día! Que en apenas ocho meses cambiaré de década.


Una vez más en octubre regresé al rincón de los sentidos junto a la que es y será siempre el búho de mi vida. Esa pequeña yeti de las montañas a la que amo más que a mi vida.
Octubre también marcó el pasar unos grandes días al lado de mi hermana, de mi arcoiris.. Al lado de ella que me alegra a diario... ¡Cómo te quiero, Marina!

Tampoco quisiera olvidarme de alguien que también ha marcado mi 2012, porque a pesar de habernos podido ver menos de lo que a veces quisiéramos siempre hemos estado ahí la una para la otra. Y además para ella 2012 ha sido uno de los mejores de su vida. Noemí (@blogdetodoynada), porque para ella los cambios han llegado en la vida profesional y en la vida personal, y me encanta saber que ahora podemos vernos cuando queramos (¡y más viviendo a cinco minutos!)
Y qué coño.. ¡QUE SE MERECE LO MÁS GRANDE! (¡y Alberto más de lo mismo!)


Y no puede faltar una pequeña mención a una loba, que ha sido la musa de gran parte de este cementerio de lápidas grises coloreadas con rotuladores.
¿A ti? ¿A ti qué decirte que no sepas ya? Gracias por aguantarme tanto, por perder a veces la paciencia, pero seguir aquí. A casi un año de conocernos de verdad puedo decirte que sin ti mi vida aquí se hundiría, o se habría hundido hace muchísimo tiempo.
Ojalá 2013 sea de verdad tu año, porque te mereces lo mejor, pequeña.


Pero, por último, un pequeño rincón a ese que siempre ha estado ahí a mi lado y siempre mantiene su anonimato aunque le llame a gritos.
Gracias a ti por ser el culpable de que pueda decir que 2012 ha acabado genial. Por haber estado aquí cada día de mi vida en estos últimos cuatro años.
Gracias porque sé que odias que te de las gracias por todo, pero... ¿Qué quieres que le haga si soy una tarada? (¡y tan tarada estoy que hasta te quiero!)


Y lo sé, me voy a dejar miles de nombres: Brando, Miriam, las Divas Dramáticas, Sheila, Txell, Helen, Meri, blablablabla.. ¡Pero todos vosotros ya sabéis todo lo que hay!


Ojalá que 2013 llegue cargado de buenas energías y alegrías para todos.
Yo seguiré enterrando muertos entre estas cuatro paredes,



Ángel negro, Samael.