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Siglas secretas escondidas en forma de números aparentemente inconexos. Números que dicen más de lo que muchas palabras pueden transmitir.
Álgebra que esconde sentimientos prohibidos.

TQM. Te quise mía. Tu quimérica metáfora. Te querría matar (a besos). Tú, (des)quicio mío. Té, quiero más. Tiempo que mata. Tómame queriéndote mía.

TÚ. QUERER. MUCHO.
Ahora conjúgalo a tu gusto, el resultado será siempre el mismo: mi sonrisa es esclava de esas tres palabras, que si brotan de tus labios remueven mi Alma y recargan mis ganas de vivir.


Cuando decir te quiero mucho acababa siendo el suplicio de escribir dos ochos, un siete y un seis.

S.
Llegas y me erizas la piel. Y mis entrañas se derriten a punto de caramelo mientras sonríes y me miras con tus ojos profundos y atontados.

Llegas y mil mariposas levantan el vuelo. Y mis labios desean fundirse a tus labios como si de chocolate se tratase.

Llegas y mis manos tiemblan. Y en lo más profundo de mi ser sé que no te podría olvidar aunque mi memoria se borrase.



Llegas y te vas. Y la piel, las entrañas, las mariposas, los labios, las manos y la memoria recuerdan el contacto de un ser tan divino como demoníaco. Un ser tan tú que ni yo sabría definirte.

S.
~A Madrid, por traerme la inspiración.
Y alguna musa más.