Lunes, 30 enero 2012

El frío punzaba mis huesos como pequeños cristales. Mi piel, usualmente rosada, estaba ahora amoratada, y las venas se me marcaban con más fuerza que de costumbre.

Caminaba en medio de la multitud cuando de golpe sentí que mi cabeza se desvanecía, sin embargo, seguía caminando sin rumbo.
Mi consciencia estaba perdida en mis propios recuerdos.

Recordaba cuando era niña y solía jugar con muñecas, lo hacía en solitario en mi cama. Creaba mis propias historias, les cambiaba las identidades y era feliz. Poco más adelante las muñecas pasaron a ser mujeres reales, de nuevo jugaba con ellas, en la soledad de mi cama. En este caso, era mi identidad la que cambiaba.

Nunca he podido decir ser mujer de una sola amante, por eso dediqué mi adolescencia a coleccionar muñecas en las marcas de mi piel.
Decenas de letras pueden verse escritas con sangre en mis antebrazos, iniciales de amores de una sola noche. Creían ser princesas de un reino que jamás nadie había reinado.

Aún maldigo el momento en que apareció en mi vida una muñeca vestida de princesa y con aires de reina de corazones.
En el mismo instante que apareció supe que aquella no iba a ser una muñeca fácil de controlar, sus sentimientos eran más fuertes que mi propia imaginación.

A pesar de eso, seguían habiendo muñecas a mi alrededor, aunque sólo fuera por diversión. No necesitaba poder jugar con ellas sobre las sábanas frías, la imaginación, ahora ya curtida con los años de juego, me permitía poder hacer los movimientos que desease en sueños.

Algo tan efímero como es dormir me brindaba la oportunidad de, simplemente, amar a cientos de muñecas. Sin cortejo alguno, tan sólo sexo.

Sexo, sexo, sexo. ¡PALABRA PROHIBIDA!


De golpe mi vista volvió a centrarse en mi camino, delante mío cruzaba una chica, tendría mi edad. Mi próxima muñeca.




Sam.

Martes, 17 enero 2012

Dicen que la esperanza es lo último que se pierde y que tras la tormenta llega la calma.
¿Pero qué calma puede llegar tras enviar a alguien a un lugar muy feo?

Sigo sin comprender cómo hemos llegado a esta situación y menos cuando hace menos de 24 horas estabas diciéndome que no querías volver a pelear conmigo, ¿y esto? ¿qué debo considerar que es?
Estoy harta, y no me gusta estarlo...

Lunes, 16 enero 2012

Los días y las horas pasaban lentas para Cristina, parecía que nunca iba a llegar el momento de reencontrarse con aquella que era su vida.
Tan sólo encontraba problemas, errores y fallos que le obstaculizaban conseguir su objetivo.

No estaba feliz con su cuerpo, con su mente ni tan sólo con el color de su pelo, pero debía ser fuerte, seguir adelante y callar.
No podía decir que no a nada, no podía negarse a aceptar algo que teóricamente no era nada. Sólo amistad. Pero, ¿qué clase de amistad puedes tener con alguien a quien meses antes has tenido en tu cama durante semanas?

Prometerse a alguien significa serle fiel hasta la muerte, pues es el paso anterior al matrimonio. Y, aunque Cristina sabía que ella era fiel, temía que la mujer de su vida prefiriese los pechos de una cualquiera.






Sam.

15 enero, 2012.

Que esta segunda etapa empiece por aquí debe significar algo.

Los días avanzan demasiado lentos cuando lo que más desea está presuntamente lejos.
Ya nada es lo que era, todo cambia, y todo se regenera.

Lo olvidado vuelve, y lo que está por olvidar sus llamas revive.



PD:


Es increíble como en tan poco tiempo un lobo puede haber entrado tan directo en el corazón de éste ángel negro, y no me importa, por primera vez en mucho tiempo.


Sam.