Tres años. Cinco meses.
Exactamente ese tiempo separa el primer y el último de ellos.
El primero traía la novedad, el estreno. El último, implicó un cambio que está claro ha cambiado mi vida. Aprendí la lección, y supe actuar antes de que fuese demasiado tarde.
Y es curioso pensar en eso cuando tu mente está absorta, concentrada en cualquier estrella, por tal de no observar aquello que tanto deseas ver.
Sam.
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