1 febrero, 2012

Había llegado febrero, ese mes fatídico para mi salud mental y mi estado anímico.
Este año, además, era especial, por así llamarlo.

Se juntaban demasiadas emociones, viejos recuerdos que amanecían de nuevo en el mismo mes, y este año, estaban multiplicados.

Deseaba dormirme y no despertar hasta llegado marzo, cuando, al fin mis pesadillas y mis dudas habrían finalizado. ¡Tenía tanto miedo a ese mes!

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