Puede que para conseguirla debiera hipotecar mi Alma, mi corazón y hasta mis bragas con tal de tener tan sólo una caricia más. Lo acepto, yo me metí solita en este juego de amantes fríos, en esta partida de ajedrez con fichas de terciopelo. Yo vestí ropa de encaje para armarme de valor y desnudarla con la mirada cada vez que me impide besarla, cada vez que me da paso al juego.


s.

No hay comentarios:

Publicar un comentario