Storm.

Sus pasos eran lentos bajo una noche cálida de tormenta. Extrañamente sus andadas les llevaron a dónde meses antes habían compartido algo, o quizás no era tan extraño y, simplemente,  había sido provocado.

Hay noches extremadamente extrañas, y esa lo era: Un juego loco, un paseo iluminado, un faro encendido por la efímera explosión de los relámpagos...
Los pensamientos era mejor guardarlos, bajo llave, de tal forma que nada ni nadie pudiese nunca descubrirlos, mas alguien quería tener esa llave... ¿Quizás no era consciente que poseer esa llave implicaba mucho más que ser un sereno de sentimientos?


Si pudiese tener un poder, quisiera poder leer la mente de otra gente.
Pero sólo a ratos, cuando yo decidiese... Querría tanto saber qué piensa...


Un faro iluminado por la lluvia y las mentiras.


Sam.
A ti, que tanto lo insistes. Una nueva inspiración...

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