Musta enkeli, Samael.

¿Quién fue el estúpido que dijo que lo prohibido está mal?
A veces me gustaría plantarle cara y preguntarle por qué los mejores placeres son considerados pecado, por qué si sonrío estoy pecando, por qué no debiera yo pensar en fundirme en sus manos...

Quizás porque en esta vida es más fácil detenernos antes de ser felices, no actuar y resguardar nuestros reflejos. Pero, ¿quién prefiere lo fácil, sabiendo que lo difícil acaba mejor?

Sé cuan peligroso puede ser posar una mano en el infierno de Lucifer, acariciar los pechos de Asmodeo... Un ángel debería saber que incluso Samael puede quemarse con sus propias llamas.


Pero aún así, sin lo prohibido nada de esto sería divertido.
"Ata tus tentaciones, y tan sólo conseguirás alimentar el fuego."


Sam.

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