¿Qué quieres que yo le haga si mis labios desean su piel? ¿Si mis dientes tienen sed de su cuello?

Ella que es capaz de hacer que tiemble cada milímetro de mi cuerpo, que crea tormentas en mi corazón y guerras en mi mente, ella que cada vez que me ignora hace que la desee un poco más.
He querido olvidarla más de mil noches, pero es imposible, nadie puede olvidar a tal musa. Me encandiló su voz de sirena varada, y yo, como cualquier otro pirata, me dejé vencer para seguir escuchándola siempre, para no dejarla de adorar por mucho que la niebla me impidiese verla.

Y fue así como perdí la cabeza, como dejé de ser pirata para ser una ola que encuentra su fin en las costas de sus pechos. 


S.

1 comentario:

  1. Precioso tu blog!!
    Me encanta como eres, mil besotes guapita


    Robert Dean

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