¿Qué quieres que yo le haga si mis
labios desean su piel? ¿Si mis dientes tienen sed de su cuello?
Ella que es capaz de hacer que
tiemble cada milímetro de mi cuerpo, que crea tormentas en mi corazón y guerras
en mi mente, ella que cada vez que me ignora hace que la desee un poco más.
He querido olvidarla más de mil
noches, pero es imposible, nadie puede olvidar a tal musa. Me encandiló su voz
de sirena varada, y yo, como cualquier otro pirata, me dejé vencer para seguir
escuchándola siempre, para no dejarla de adorar por mucho que la niebla me
impidiese verla.
Y fue así como perdí la cabeza,
como dejé de ser pirata para ser una ola que encuentra su fin en las costas de
sus pechos.
S.
Precioso tu blog!!
ResponderEliminarMe encanta como eres, mil besotes guapita
Robert Dean