Llegas y mil mariposas levantan el vuelo. Y mis labios desean fundirse a tus labios como si de chocolate se tratase.
Llegas y mis manos tiemblan. Y en lo más profundo de mi ser sé que no te podría olvidar aunque mi memoria se borrase.
Llegas y te vas. Y la piel, las entrañas, las mariposas, los labios, las manos y la memoria recuerdan el contacto de un ser tan divino como demoníaco. Un ser tan tú que ni yo sabría definirte.
S.
~A Madrid, por traerme la inspiración.
Y alguna musa más.
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