Las manos de él se perdieron entre la melena
castaña de ella. Sus ojos se fundían en
chocolate mientras sus pieles deseaban
ser sólo una.
Hacía tanto que se deseaban que querían
que aquello no acabase nunca.


Eran dos cuerpos que se desconocían aunque
se habían soñado toda la vida.
La atracción era deseo, y cada beso una
nueva rosa en el rosal de sus
corazones.

Él era de ella,
                              ella era de él.




S.

1 comentario:

  1. Una entrega deseada...
    bellas palabras.
    http://recuerdodenoche.blogspot.com.es/2014/01/hambre-de-ti.html?m=1#comments

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